FLAMENCO A TOPE

lunes, 7 de abril de 2008

ENTREVISTA A JOSÉ MERCÉ

"Si hacer un flamenco actual es pecado, yo voy al infierno"

Silvia Calado Olivo. Madrid, noviembre de 2002

"A mí me lía la vida cotidiana. Levantarse todos los días creo que es ya un lío... y gordo". Pero José Mercé le echa filosofía a la existencia. El cantaor jerezano se toma con humor estar en el número uno del top manta de Sevilla y, sin soltar ni sonrisa ni sorna, deja sin argumentos a quienes ponen en entredicho la forma de hacer flamenco que viene defendiendo desde 'Del amanecer'. Aquel álbum marcó un antes y un después en su carrera de fondo: del miedo a los flamencólicos, a la absoluta libertad de hacer un flamenco fresco orientado al público joven. 'Lío' es el refrendo tanto de la fórmula superventas de José Mercé, como de la voluntad más pura del artista, entendiendo pureza como sentimiento: "Yo hago ahora lo que me gusta, lo que yo siento, lo que creo que tiene que hacer un flamenco en esta época".

¿Qué ofrece 'Lío'?

'Lío' es un disco en el que hemos querido profundizar en los palos del flamenco, siempre mirando a la gente joven que es verdaderamente quien compra. Después de 'Del amanecer' y 'Aire' nos hemos propuesto ofrecer un flamenco que ahonde más en palos como la seguiriya, la malagueña, la alegría, la soleá... Y son temas que pueden ser perdurables para siempre. También hemos metido unos temas por bulerías y por tangos, que son más asequibles a la gente que todavía no esté tan puesta en el flamenco. 'Lío' es un disco donde soy más yo, con mucha más personalidad y más madurez.
Portada de 'Lío'
En los temas más flamencos, tomas cierta actitud didáctica. En el directo no olvidas explicar si es Manuel Torre, El Mellizo o El Manijero quien inspira.

¿Sigues mirándote en los antiguos?

"El flamenco es eterno y, por tanto, se puede refrescar, se pueden hacer letras cotidianas como en este disco, pero ya está inventado"
Hay que tener un respeto bárbaro hacia la base y la raíz del flamenco. El flamenco es eterno y, por tanto, se puede refrescar, se pueden hacer letras cotidianas como en este disco, pero está inventado. El flamenco tiene una base muy fuerte y lo único que se puede hacer es llevarlo a la gente de forma más asequible, con letras que la gente de hoy entienda. Por ejemplo, letras como "no sabes cómo lo siento, ay lo que pude perder por no encontrar aparcamiento" hablan sobre cosas que nos pasan normalmente. Son letras con mensajes que entiende la gente joven, que llegan. No puedo cantar letras de hace cincuenta años que la gente joven ni ha vivido, ni conoce, ni sabe.
Y también es bonito dar a conocer la historia. 'Te recuerdo Amanda' es un pequeñito homenaje que yo le hago al cantautor Víctor Jara, un hombre al que se le ha hecho poca justicia con lo que luchó por la libertad. Nos lo mataron, porque esa es la verdad, y es bueno que la gente joven cuando escuche esta canción en la voz de José Mercé se entere de que es un tema de Víctor Jara... y ya se enterarán de quién era Víctor Jara. Vender discos es lo que hace que la gente se acerque al flamenco. Y la maravilla de esto es que en mis conciertos tengo un setenta por ciento de público joven. ¡Qué mayor satisfacción para mí!
Con la que te dieron con las pilas alcalinas...
Decían que no era una letra flamenca.

¿Y qué es una letra flamenca, que vengo en un borrico montado y me ha pegado la guardia civil dos palos?

No jodas, eso ya no se lleva. Existen las pilas alcalinas, qué pasa, pues "pilas alcalinas pa mi corazón cansao". No sé por qué se extrañan tanto. Cuando hablan de ortodoxia, de pureza... Quien hace un cante grande o chico es el intérprete. Si te pones a cantar por seguiriyas y lo haces muy mal, ¿dónde está la grandeza del cante? Estará en el intérprete, que es quien lo hace ortodoxo o puro. Y puro es todo lo que tú sientas, todo lo que tu corazón te diga cuando estás cantando. No tiene por qué haber ningún juez que diga que esto es así. A estas alturas de mi carrera no admito eso.
¿Crees entonces que hay una vía posible para hacer flamenco actual sin traicionarlo?
Por supuesto. Sin renunciar a tus raíces, ni a tu base se puede hacer un flamenco actual, abierto, fresco. Si eso es pecado, pues yo voy al infierno.

Pero cuando cantas a Manuel Torre o a El Mellizo se entrevé todo lo que llevas a las espaldas...

Yo no empecé ayer, yo no soy de 'Operación Triunfo' (concurso español para cantantes). Llevo desde los trece años cantando, tengo cuarenta y siete y creo que he hecho una carrera, que nadie me ha regalado nada. Con el sudor de mi frente, lo poquito que soy me lo he ganado yo. Y estoy contento porque creo que ganarse algo a pulso es lo más bonito del mundo.
'Del amanecer' marca un antes y un después.

¿Cómo era el José Mercé previo a ese disco y cómo es ese José Mercé que ahora venden como el boss?

"Yo hago ahora lo que me gusta, lo que yo siento, lo que creo que tiene que hacer un flamenco en esta época"
Antes me veía acojonado. Le tenía miedo a las críticas. Siempre estábamos con sota, caballo y rey. Si te salías de ahí... Lo que es la inmadurez, el no estar todavía forjado. Llega un momento en el que te planteas que por qué tienes que hacerle caso a todo el mundo y te propones hacer tu música y que la gente disfrute. Y es lo que he hecho. Yo respeto mucho a todo el mundo, pero no puedo fiarme de las críticas, sería muy fuerte a estas alturas. Yo hago ahora lo que me gusta, lo que yo siento, lo que creo que tiene que hacer un flamenco en esta época. ¿Que me equivoco? Como estoy arriesgando, pues bueno, se aprende mucho equivocándose. Lo fácil es hacer lo que ya está trillado de toda la vida. Que una crítica diga que José Mercé, como siempre, estuvo muy bien, no me dice nada. Eso no me llega, prefiero que diga que lleva muchos tambores y después hace flamenco... pues ya dice algo más.
El problema es que los flamencólicos dicen que está muy bien cuando sólo hay una guitarra y en cuanto meten otro tipo de instrumentos, lo fácil es decir que ya están aquí los tambores. ¡Analiza lo que está tocando ese hombre, si es una percusión, si es una cuerda, si es un teclado! Tienen que decir si eso es válido para el flamenco o no, nunca limitarse a decir que ya están aquí los tambores. Eso a mí no me dice nada. Es como el que tiene un problema muy gordo y decide hartarse de porros y de whisky... es la forma más sencilla de quitarse un problema.

Y tampoco son iguales unos "tambores" que otros...


Claro. También los hay malos tocando la guitarra. ¿Por qué tiene que ser puro, por qué tiene que ser bueno si está tocando mal? En cuanto ven un instrumento, ya dicen que los tambores... No, hombre, analice usted. Lo fácil es decir que no es flamenco, ¿por qué? ¿Porque hay una percusión? ¿Porque hay un teclado? Creo que se darán cuenta algún día. ¡Parece que se les está quitando trabajo cuando se mete un músico más!
José Mercé (Fotos: Daniel Muñoz)
Hablando de instrumentos. Por una parte, está esa entente cordial con Moraíto...
Moraíto y yo tenemos una conexión desde que nacimos. Hemos nacido en el mismo barrio de Jerez, en Santiago, nos conocemos desde chiquititos, hemos ido al mismo colegio, hemos jugado a las mismas cosas. Morao y yo nos conocemos de siempre y la verdad es que tenemos los mismos sentimientos, entendemos que el flamenco es así, de esa manera. Y él sabe cuando yo me voy a equivocar, yo sé cuando él va a fallar... Es una seguridad salir al escenario teniéndole al lado. No es que sea el único, porque en cualquier momento puedo tocar con otra guitarra pero, sin lugar a dudas, la química que hay entre Morao y yo... Bueno, y entre todos los que estamos ahí. Somos gente que nos entendemos, nos llevamos bien. Trabajamos juntos desde 1997 y lo que hacemos es disfrutar tanto dentro como fuera del escenario sin malos rollos ni nada. Eso es muy bonito.
Entre esos otros guitarristas destacan dos jóvenes también jerezanos: Juan Diego y Diego de Morao.
Juan Diego es un guitarrista que me encanta y que tiene un toque maravilloso. Y Diego de Morao -hijo de Moraíto- tiene unas inquietudes bárbaras. La seguiriya 'La libertad' creo que es un toque nuevo, una forma nueva de interpretar el toque por seguiriyas. Ha bajado unas cuerdas y ha hecho ahí un lío... Todo eso es muy bonito, si se equivoca, bueno... es muy joven, es bueno que se equivoque. Me parece maravilloso. Yo estoy cantando una seguiriya clásica de El Manijero, de Tío José de Paula y él está tocando en otra onda. Eso hay que entenderlo también.
Otra de las piezas clave del trabajo ha sido Isidro Muñoz.







¿Cuál ha sido su aportación?

Isidro es una cabeza fresca para el flamenco de hoy. Es un tío que está en nuestra onda. Nos conocemos desde hace muchísimos años, desde que llegué yo a Madrid en el 69. Ya entonces ilustramos, como es guitarrista, una conferencia en el Ateneo. No hemos dejado la amistad. En estos dos últimos trabajos ha estado Isidro y en el anterior estuvo Vicente Amigo, pero mañana puede ser otro. Isidro es un monstruo en lo suyo, así de claro.

"A los cantaores jóvenes les pido paciencia, que no quieran ser matadores de toros antes que novilleros"


¿Cómo ves el panorama actual del cante?


Yo lo veo muy bien, hay gente joven muy válida. Sólo les pido paciencia, que no tengan prisas, que no estén por encima de lo que va a llegar, que vayan despacito... que no quieran ser matadores de toros antes que novilleros. Una prueba evidente la tienen en mí. Yo empecé con trece años y, realmente, cuando empiezo a ser un poquito más conocido y más popular es a partir del 97, cuando se graba 'Del amanecer'. Yo he hecho una carrera, creo que como hay que hacerla, siendo novillero. Empecé en los tablaos, luego salí con Antonio Gades, he cantado mucho para bailar. Me llegó la oportunidad en el 83 de empezar a cantar solo en los festivales de Andalucía... Esto no es aquí te pillo, aquí te mato.


¿Crees que el hecho de que hubiera una figura tan fuerte como Camarón eclipsó a otros compañeros coetáneos?


No. Yo siempre digo que Camarón siempre será Camarón, un genio. La gente joven que quiere imitarle se queda en lo último y me parece que van a estar todos a la sombra de José. Sí es buena idea que lo escuchen, pero lo de los setenta. Yo tuve la suerte de trabajar con Camarón en el tablao madrileño Torres Bermejas y yo he escuchado a Camarón cantar como hay que escucharlo. Sé quién era José. Esta gente joven escucha su legado más reciente y me parece que esa no es la escuela de José.
También Paco de Lucía animaba a los jóvenes a escuchar lo que había antes de Camarón...

"Tampoco hay que ceñirse a cómo Manuel Torre hacía el ay. Yo lo respeto muchísimo, pero yo quiero ser yo"
Si no escuchas la base, si no escuchan a Manuel Torre, a Chacón, a Niño Gloria, a La Pompi, a Vallejo, a Pastora... me parece que están haciendo el cimiento por los techos, pues se pierden muchísimo del flamenco. También hay que escuchar la época de Caracol y Mairena. A veces le hablas a estos niños de Juan Talega y se ríen. Y van como de que lo saben todo.
Pero después la gente responde al cante clásico...
Una cosa no está reñida con la otra. El flamenco es eterno, está todo hecho, se puede refrescar, pero la seguiriya es la seguiriya, la soleá es la soleá y no hay más que lo que hay. Los cantes que están ahí, lo que hay que hacer es ponerle tu personalidad. Tampoco hay que ceñirse a como Manuel Torre hacía el ay. Muy bien, pero era Manuel Torre y yo lo respeto muchísimo, pero yo quiero ser yo, no tengo por qué hacer lo que hacían los demás.

¿Y por qué el flamenco de José Mercé vende?


Porque es la primera vez que una casa de discos hace una promoción como la de cualquier disco de pop. Ya está. Yo me acuerdo de que antes grabábamos un disco de flamenco y vendía tres o cuatro mil copias, siete u ocho mil copias vendía Camarón en aquella época, que era ya una cosa extraordinaria. El mismo Paco de Lucía nunca vendió discos y Camarón ha empezado a vender discos después de muerto, por desgracia. Ninguna multinacional se ha preocupado del flamenco y, de hecho, hoy en día la propia Cadena Dial -emisora española de radio de música en español- no te pone flamenco, eso es indignante. Es lo que no entiendo en este país, somos un país de flamenco y no admiten el flamenco. Yo es que alucino. ¿Qué pasa, que todo lo bueno es lo latino, que el flamenco ya no vale nada?


¿No crees que también influyen negativamente los supuestos entendidos?


Da la impresión de que no hay otra música que tire tantas piedras contra su propio tejado...
Yo siempre digo que las críticas de flamenco nunca son constructivas, siempre son destructivas porque parece ser que son jueces, que lo que ellos dicen es lo que vale. ¿Están en disposición de la verdad? ¿Por qué no he cantado yo bien hoy por seguiriyas? ¿Tú quién eres? Además, haz esto... (hace compás por bulerías con los nudillos en la mesa). Pues entonces, ¿por qué estás escribiendo de flamenco? Así de claro. Si ya se pone uno a ese nivel... todos seríamos igual de radicales.

"¿A mí qué me importa que el público no entienda lo que estoy cantando si lo está sintiendo?"

¿Crees que faltan otras referencias musicales?


No lo entienden, son muy cortitos. Se limitan a decir que estuvo divino en la soleá, pero cuando metió el violín, ya no. Realmente, lo que importa es el sentimiento. Lo bueno del público es que le llega una cosa, pero lo mismo no entiende un carajo de cante.
Igual tampoco le importa para sentirlo...
Exacto. La música es un lenguaje universal. Y si al tío se le están erizando los pelos, pues eso es lo que me vale. ¿A mí qué me importa que no entienda lo que yo estoy cantando si lo está sintiendo? Yo tampoco entendía a los Beatles, pero me llegaban. Yo escucho todas las músicas y si me llega ya me preocupo de preguntar para entenderla. Eso es lo importante en la música. El cante lo hago como lo siento porque me sale así. En el arte, en cualquiera de sus ramas, no puede haber moldes...
De Manuel Torre hay cosas grabadas, pero hay cosas que hablan de hace dos siglos de las que no hay grabaciones. La malagueña de El Mellizo, con todo lo que se dice, la idea que tenemos es la que grabó su hijo El Morcilla. ¿Por qué están entonces con esas cosas? Tenemos que creer lo que dice el hijo. Hacen una historia de mentideros... ¡Es que el cuarto de los cabales! ¡Es que este cantó a las cuatro de la mañana en un cuarto...! Un momento, si hubieras tenido una grabadora, al ponerla al otro día habrías dicho que estaba berreando. A las cuatro de la mañana está todo el mundo a gusto, en la gloria, cantando y bailando, ni hay responsabilidad ni nada. Ahora escucha esa cinta cuando te levantes al otro día. ¿Este soy yo?

Victoria Cava.

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Publicado por flamenquillas a las 1:06

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